En la actualidad, la soya se ha convertido en el producto agrícola con mayor capacidad de crecimiento comercial a nivel mundial debido al incremento en la demanda por parte de países asiáticos como China y Japón, siendo China el país que más importa esta leguminosa con un valor monetario de $17.87 billones de dólares y Japón por su parte se ubica en el sexto puesto importando cerca de $1.8 billones de dólares, según datos de la USDA. Este incremento se ha dado gracias a dos factores que se interrelacionan estrechamente: Las nuevas tendencias alimentarias que se encuentran enfocadas a productos naturales a raíz de la pandemia, acontecimiento que marcó un antes y un después en la alimentación de las personas y el gran contenido nutricional de la soya, el cual puede ser complementado con otras leguminosas o cereales, logrando reemplazar alimentos consumidos diariamente como la carne en términos de calidad proteica.
Este incremento de mercado y a su vez la gran rentabilidad de la soya ha provocado que países sudamericanos como Brasil, Argentina y Paraguay aumenten considerablemente la producción de esta leguminosa. Según Statista (Portal de estadística alemán), Brasil es el primer productor a nivel mundial con una cantidad de 134.94 millones de toneladas anuales, seguido de Estados Unidos con una cantidad de 120.71 millones de toneladas.
Nota: Adaptado de Ranking de los principales países productores de soja a nivel mundial en 2021, por Statista, 2021, Statista (https://es.statista.com/estadisticas/600145/paises-lideres-en-produccion-de-soja-a-nivel-mundial/).
Sin embargo, el acrecentamiento de este mercado ha producido daños considerables en el medio ambiente con deforestaciones a gran escala en lugares tan importantes como la Amazonía o el Gran chaco. Es por ello, que grandes empresas productoras de soya como AMAGGI o Fazendas Bartira-Brookfield, ambas ubicadas en Brasil, se han visto en la responsabilidad de tomar medidas para reducir el impacto de este cultivo. Dentro de estas medidas, las cuales están enfocadas en temas de sostenibilidad y mitigación se encuentra el estándar RTRS (Mesa redonda sobre la soya responsable), la cual tiene como objetivo establecer los requisitos y procedimientos necesarios que deben cumplir los productores de soya a fin de verificar que la producción está siendo llevada bajo los cuidados medioambientales necesarios.
Por lo tanto, es importante tener un manejo equilibrado entre la producción de cultivos tan demandados a nivel mundial como es el caso de la soya y el cuidado de ecosistemas primordiales de nuestro planeta.
