Innovación Sostenible: Cómo los Envases Activos Transforman el Desperdicio de Alimentos en Soluciones de Conservación
El desperdicio de alimentos representa uno de los desafíos más críticos y persistentes a nivel global, con implicaciones significativas para la seguridad alimentaria, el medio ambiente y la economía. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aproximadamente un tercio de todos los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia cada año. Esta alarmante realidad ha impulsado la búsqueda de soluciones innovadoras que puedan mitigar este problema y mejorar la sostenibilidad del sistema alimentario.
Una de las respuestas más prometedoras a esta problemática es el desarrollo de envases activos. Pero ¿Qué son estos envases? Según la Comisión Europea, los envases activos son aquellos que no solo sirven como contenedores pasivos, sino que interactúan con el alimento para prolongar su vida útil, mejorar su calidad y garantizar su salubridad, alargando fechas de caducidad, aumentando tiempos de rotación de producto, facilitando la distribución del producto a lugares más lejanos y principalmente reduciendo el desperdicio. Es decir, el fundamento u objetivo de estos envases es regular los procesos fisiológicos, químicos, físicos y microbiológicos en los alimentos.
Según los procesos bajo los que se encuentre el alimento, un envase activo puede actuar bajo dos sistemas: Sistemas de absorción o sistemas de emisión.
- Sistema de absorción: Este sistema tiene como función remover los gases o sustancias indeseables del producto. Dentro de este tipo de sistema se puede mencionar a:
- Reguladores de oxígeno
- Reguladores de etileno
- Reguladores de CO2
- Reguladores de humedad
- Sistema de emisión: Este tipo de sistema tiene como objetivo liberar en el empaque compuestos deseables como antimicrobianos, antioxidantes, enzimas, saborizantes, permitiendo retardar o evitar reacciones no deseables en el alimento. En este tipo de sistema se puede mencionar a:
- Emisores de agentes antioxidantes como el BHT, BHA (Sintéticos) o tocoferol, catequina, ácido cafeico (Naturales).
- Emisores antimicrobianos como nisina (bacteriosina) y natamicina (antibióticos). Este tipo de emisores pueden ser utilizados en el empaque en forma de sobres, sustancias activas incrustadas en el polímero o aplicadas en la superficie, etc.
En conclusión, la adopción de envases activos marca un camino hacia la reducción del desperdicio alimentario y un sistema más sostenible. Estos envases prolongan la frescura de los productos, aliviando la presión sobre nuestros recursos naturales y fomentando prácticas agrícolas más eficientes. Además, la investigación continua promete aún más mejoras en eficacia y sostenibilidad. El objetivo es un futuro donde el desperdicio de alimentos sea mínimo, lo que beneficia a la sociedad y al medio ambiente. Lograr este cambio requiere una colaboración integral y cambios en nuestros hábitos de consumo, pero es una meta alcanzable y necesaria.