Hoy en día, los productos nutritivos, altos en proteína y de origen vegetal se han vuelto parte de las tendencias alimentarias más importantes a nivel mundial. Es por ello, que la proteína de soya ha tomado relevancia en los últimos años, gracias a su alto contenido de proteína, el cual representa cerca del 40% de la materia seca y por su gran contenido de aminoácidos esenciales en la alimentación humana tales como: Isoleucina, leucina, lisina, metionina y cisteína, fenilalanina, tirosina, treonina, triptófano, valina e histidina. Sin embargo, el contenido de metionina y triptófano es bajo, por lo que es necesario complementarla con cereales. Esto permite obtener una proteína tan completa como la de origen animal.
Aun así, independientemente de su valor nutricional, se ha evidenciado que la proteína de soya reduce los niveles de colesterol en sangre y previene enfermedades cardiacas gracias a su alto contenido en grasas poliinsaturadas, principalmente omega-3 y omega-6. Es por esta razón, que la FDA ha aprobado que todos los productos que contengan como mínimo 6.25 g de proteína de soya por porción puedan colocar en sus etiquetas un claim sobre el efecto que esta tiene en la reducción de la concentración de colesterol.
Por otro lado, existía la creencia errónea de que la soya procesada tenía un peor perfil nutricional que su ingrediente madre, la soya. Sin embargo, de acuerdo a The Food Tech (Página Web enfocada en alimentos), científicos de Unilever y la Universidad de Wageningen ubicada en Países Bajos descubrieron mediante la utilización de la medida de puntuación de aminoácidos corregida por la digestibilidad de las proteínas (PDCAAS) lo contrario. PDCAAS es una medida que permite determinar cuan buena es una proteína. Es decir, si la valoración de la proteína es igual o mayor a 75, se considera que esta tiene la capacidad de satisfacer las necesidades y requerimientos del organismo. De acuerdo a los estudios realizados, se obtuvo que el concentrado de proteína de soya tenía un valor de 88 frente a la soya natural, la cual obtuvo un valor de 85. Este estudio ha sido bastante relevante, pues la soya natural no puede ser añadida a un alimento como la carne a base de plantas o mucho menos a un helado, además, la soya en su estado natural debe pasar por un proceso de remojo, calentamiento y descascarillado. Estos problemas se ven solucionados a través de la utilización de la soya procesada.