Alimentos Procesados y Ultraprocesados: una Solución para Reducir el Desperdicio Alimentario
Con el crecimiento exponencial de la población mundial, la demanda de alimentos ha experimentado un aumento sin precedentes. Este incremento en la necesidad de abastecer a comunidades cada vez más numerosas e informadas ha llevado a una mayor presión sobre la producción alimentaria. A medida que los esfuerzos por satisfacer estas demandas han aumentado, también lo ha hecho el desperdicio de alimentos, a menudo provocado por la imposibilidad de consumir o distribuir rápidamente los productos perecederos. Por ejemplo, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 45% de frutas y vegetales que son cosechados, el 30% de cereales y el 20% de carne son desperdiciados, dando un total aproximado de 1300 millones de toneladas anuales de alimento para consumo humano.
La necesidad de optimizar la cadena de suministro y reducir las pérdidas a lo largo de ella ha impulsado la adopción generalizada de alimentos procesados y ultraprocesados. Estos no solo cumplen con la demanda creciente, sino que también ofrecen una solución efectiva para enfrentar el desafío del desperdicio alimentario. Al proporcionar opciones que mantienen su calidad durante períodos más prolongados, estos alimentos se erigen como una respuesta estratégica y sostenible en el panorama global de la producción y el consumo de alimentos.
Además, las transformaciones aplicadas a ciertos alimentos han dado lugar a nuevas tendencias que contribuyen a reducir el desperdicio alimentario. Un ejemplo destacado, según The Food Tech (una plataforma web centrada en alimentos), es la práctica conocida como «Upcycling». Esta iniciativa tiene como objetivo la creación de productos de alta calidad a partir de residuos alimentarios, productos que no cumplen con los estándares comerciales, así como excedentes y subproductos generados durante la producción de otros alimentos. Algunos ejemplos de esta práctica incluyen:
- Utilización del suero de leche generado por el proceso de queso y requesón para alimentos como postres, bebidas o smoothies altos en proteínas y vitaminas.
- Elaboración de cerveza a partir de panes sobrantes, orujo de frutas obtenidas de la elaboración de jugos y cáscaras de verduras secas.
- Elaboración de aditivos naturales en polvo a través del uso de residuos de frutas y verduras. Estos aditivos alimentarios ofrecen diversas características al producto final como sabor, color, textura, etc.